13.12.07

 

LOS EMPECINADOS de E.TA.

El guerrillero Juan Martín Díez (Valladolid 1775) nombre de guerra: El Empecinado, fue un luchador contra el invasor francés cuando ese ejército tenía paso libre entre España y Portugal. Francia había ocupado la Península. El rey Fernando VII estaba detenido en el Escorial. Un mal gobierno conspiraba para unirse con Francia. El Empecinado impuso su ley. Fue entonces cuando se crearon los Reglamentos de Cuadrillas (1808) y en Cataluña El Somatén. El Empecinado tenía 5000 hombres. Todo el que tomara las armas en socorro de la patria tenía una paga. El guerrillero fue sinónimo de “patria y libertad”. Cuando todo finalizó no aceptó un millón de reales en compensación por renunciar a la lucha armada. Fue detenido y exhibido ante el pueblo en una jaula y ahorcado (1825). En el cadalso dijo: “Si el rey no quiere la Constitución, que no la hubiera jurado, que el Empecinado juró y jamás cometerá la infamia de faltar a sus juramentos” Por cabezonería, por empecinado, por inculto no aceptó pactos, ni acuerdos y así acabó destruido y recordado en libros de caballerías.
Salvando el tiempo, la belicosidad y las lejanas ideologías patrias, el terrorismo de ETA es empecinado, es obcecado, es obsesivo. Tantas veces como ha declarado treguas y procesos de paz, los últimos fueron unas mujeres en las cuales yo creí, las han incumplido. Cuando se ha intentado el diálogo con los distintos gobiernos nos han decepcionado y traicionado. Si el Estado hace gestos, ellos lo toman como debilidad y se proveen de armas, envían cartas extorsionadoras, siguen con sus kale borrokas y se aprovechan de las instituciones con subvenciones para las Eriko-tabernas o para sus fuerzas políticas. Está claro que odian a toda España y que piensan que están invadidos por un Estado opresor, que ellos son diferentes, mejores, no quieren mezclarse, quieren seguir siendo castos y puros, en definitiva son de otra galaxia. No aportan soluciones, no quieren pactos, sólo imponer su ideología. El problema es que los que piensan como ellos en separatismos, independentismos y soberanías son tan solo el 10% de la sociedad, escasamente 100.000 personas. Lo mismo sucede en otras entidades nacionales de España que son una minoría, pero gritan tanto que parecen millones. Entiendo que lograr una mayoría por encima del 75% del voto de cualquier sociedad podría dar el derecho a decidir su futuro.
Está claro que estos empecinados no representan al pueblo Vasco y están en las antípodas de aportar o aceptar las soluciones que cada gobierno les ha brindado. Siguen matando sin motivo. Opino que están locos, porque no cabe en el sentimiento humano asesinar a dos jóvenes Guardia Civiles desarmados, a quemarropa y supuestamente por haberlos identificado o controlado. Actuaron con cobardía, a traición, aplicando un terror innecesario, su justicia se basa en el tiro en la nuca contra el que no está de acuerdo con sus ideas. Pienso que la sociedad que ampara y defiende a los terroristas y todo su entorno, está enferma. Sus caras de odio, de rabia, de venganza los delatan. Y los enfermos mentales deben estar en cárceles psiquiátricas y con camisas de fuerza muchos de ellos. El Empecinado vivió otras convulsas épocas, muy diferentes a la nuestra y efectivamente España estaba invadida por los ejércitos de Napoleón, hoy en cambio Francia colabora contra estos desalmados. Ya no se justifica ninguna muerte por buscar la separación política de los territorios, porque la Constitución contempla soluciones y el Estado Federal es uno de ellos.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS

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